Sunday, December 04, 2005

CAPITULO TERCERO

"Aussgewandert nach Amerika..."


Registro del matrimonio de Mateo y Elisa en los archivos de la Iglesia Luterana
San German de Unterturkheim, con una observación al pie que dice:
"Emigraron a América en 1852, 14 días después de la boda"




"AUSSGEWANDERT NACH AMERIKA 1852, 14 TAGE NACH DER EHE..."
(...emigraron a América en 1852, 14 días después de la boda...)
Con esta histórica anotación en los antiguos registros de la Evangelische Kirche (Iglesia Evangélica) de Untertürkheim, quedó testimoniada para la posteridad la materialización de una valiente decisión de Gottlob y Elisabetha, sustentados en su mutuo amor.
Desde que falleció la madre de Elisabetha, en 1851, se ha acelerado la maduración de la idea de que su futura unión matrimonial será tan eterna como ese viaje sin retorno a la lejana América, en ese exótico y desconocido país, Chile, donde deberán comenzar una nueva vida.



SE USABA VESTIDO DE NOVIA NEGRO

Así cuando se cumplieron 6 meses de este fallecimiento, ya tenían todo decidido. Sellan entonces ante Dios su matrimonio en Untertürkheim, un primaveral día Martes 27 de Abril de 1852. ( respetando la antigua tradición de Untertürkheim de que los matrimonios deben celebrarse en día Martes o Jueves)

IGLESIA EVANGELICA LUTERANA
 "SAN GERMAN" DE UNTERTUERKHEIM, 
DONDE SE CASAN MATEO Y ELISA, 
14 DIAS ANTES DE EMIGRAR A CHILE

No habrá "luna de miel". Ahora todos los esfuerzos se concentran en partir cuanto antes hacia el lejano puerto de Hamburgo, en el Norte de Alemania, para conseguir los cupos, autorizaciones, pasajes, firma de los contratos con el Gobierno de Chile, liquidación de sus bienes, poderes, etc.
Pero ciertamente lo más difícil, afectivamente, fueron las sentidas despedidas, tanto por parte de Gottlob como de Elisabetha.
Gottlob visita a su hermano mayor Johann David, que tiene 43 años, casado y que, con su mujer Christiana Dorothea Münzenmayer, trabajan con gran esfuerzo para sostener su numerosa familia de 9 hijos (sin contar 2 fallecidos). 

CHRISTIANA DOROTHEA MUENZENMAYER

JOHANN DAVID SCHEIHING GUGELER


Johann David está impresionado de la decisión de su hermano menor. Tanto que le confiesa su deseo de partir juntos. Sabe que no es posible tanto riesgo por sus responsabilidades con los niños. Pero le compromete a que le escriba con información detallada. En el fondo Johann David está madurando también la idea de emigrar. Para ello deberá esperar todavía 5 años. (Se registra que emigró a Norteamérica en 1857) Después de emocionadas palabras, llaman a todos los niños a que abracen por última vez a su tío Gottlob: Los mira detenidamente para grabar en sus recuerdos: El mayor, Johann David de 16 años, le sigue Johannes de 15, Christiana de 14, Elisabetha de 13, Dorothea de 10, Christian de 9, Gottlieb de 6, María Carolina de 3 y el pequeño Karl, que todavía no tiene 2 años.

EMIGRANTES A AMERICA  ESPERANDO EMBARCAR EN HAMBURGO

Es impresionante, si es efectivo, que dos años después de esta despedida, los 3 sobrinos mayores (de 18, 17 y 16 años) habrían emigrado a Estados Unidos. 3 años después (1857) se les unen sus padres con los niños menores.
Posteriormente le corresponde despedirse de su hermano Jacob Heinrich, de 42 años, y a su cuñada, Elisabetha M. Klein. Aquí debe despedirse de 3 sobrinos: Carl Heinrich de 18 años, Elisabetha Carolina de 16 años y Wilhelm August, de 14. La dulce Elisabetha Carolina era una de las sobrinas preferidas de Gottlob y se prometen mutuamente mantener correspondencia. ¿Podría imaginarse Gottlob que 30 años después recibiría en Chile a una hija de esta querida pariente, de nombre Elisabeth Schneider, quién aumentaría su descendencia por medio del matrimonio con su hijo Gustavo?.
También le corresponde despedirse de su tercer hermano Jonathan, de 39 años, casado con Rosina Schwarz, y que tienen solamente una hijita, Rosina Elisabetha, de 6 años y medio.
Ahora visita a su hermano Johann Gottlieb, de 33 años, casado con Christiana Munk. Tienen por entonces 2 pequeños: Gottlieb de 3 años y Juliana de 10 meses. Están tratando de superar la pena por el reciente fallecimiento de su hijita Christiana, de 1 año y 8 meses. Gottlob les asegura que vendrán muchos hijos más. Cuanta razón tenia, ya que nacieron en total 12, incluyendo 2 fallecidos en la niñez. 


JOHANN GOTTLIEB SCHEIHING GUGELLER

CHRISTIANA DOROTHEA MUNK


Los antiguos registros de Untertürkheim consignan una sorprendente noticia. En 1869, esta familia, con sus 10 hijos vivos habría emigrado a Norteamérica. (Los nombres de estos 10 hijos eran, aparte de los 2 ya nombrados: ? Gottlob, Christian ?, David?, Johannes, Christiana Elisabetha, Jacob, Carl Wilhelm y Georg.

TRISTE ADIOS A UN EMIGRANTE

Por último va a despedirse de su hermana Catharina Dorothea, de 31 años, casada desde hace 5 años con don Jacob Friedrich Zerweck Kitzelen. Poco probable parece ser que Gottlob y su hermana imaginaran que en unas décadas más, uno de los 6 hijos de Catharina, Gottlieb Friedrich Zerweck Scheihing, (nacido el 16/8/1859) llegaría a casa de su tío en Chile y se casaría con María Scheihing Kurz, hija de Gottlob. (  emigró con un hermano, pero este decidió continuar viaje hacia Estados Unidos. Seguramente el llevaba la 1° carta que Mateo había enviado a la familia en 1853 y que Catharina había guardado por 30 años, y cuyo texto nos llegó por parte de un Zerwekh descendiente de este hermano).
En casa deja además a su hermana soltera: Christiana Elisabetha, de 36 años, que fue prácticamente quién lo crió después de la muerte de sus padres.
Por su parte Elisabetha Kurz deja a 6 entre hermanos y hermanas:
Christiana, la mayor, de 35 años, soltera. Su hermano Johann Christian, casado, 33 años. Eva Rosina, soltera, 29 años. Johann David, todavía soltero, 28 años. Friederike, que se casó el año anterior con Neef, 25 años y su hermana menor Carolina, 20 años, de quién no pudo imaginar que moriría en 4 años más.
Debe despedirse con dolor de su padre, don Johann Kurz, 58 años, recientemente viudo.

SEPULTURA DE LA FAMILIA SCHEIHING
EN UNTERTÜRKHEIM

Se dieron también el tiempo de orar y dejar flores en el Cementerio de Untertürkheim, para sus padres, abuelos y hermanos fallecidos.
No se imaginan Gottlob y Elisabetha los duros meses que les esperan y como se necesitarán uno al otro para perseverar en un camino hacia un destino en el que  soñaron en los atardeceres  desde las colinas verdes de los viñedos de Untertürkheim.
Exactamente 2 semanas después de la boda, un Miércoles 11 de Mayo de 1852 abordan el carruaje tirado por caballos, en agotadoras jornadas hacia el Norte. En sus interiores se mezclan sentimientos de felicidad, pero también suelen humedecerse sus ojos. Cuanto dejan atrás para siempre; familiares, amigos, las sepulturas de sus padres, su casa, sus tierras, sus viñas, su patria.
Es casi seguro de hubieron de descansar un par de días en Kassel, quizá donde su primo de 2º grado Hermann Jacob Scheyhing Becker. Posteriormente hubieron de continuar el penoso viaje al puerto de Hamburgo. Desde el día en que salieron de su pueblo natal, hasta que por fin pudieron embarcarse, pasó 1 mes y medio. (45 días).En los días de la semana previos al embarque irían a diario a ver el imponente velero en el que finalmente lograron cupo. Entre antiguos documentos el historiador don Emilio Held logró descifrar con dificultad que la lista era de 170 emigrantes, clasificados en:
90 hombres,
36 mujeres y
44 niños.
En dicha lista figura:
"SCHEUNING, C.F. DE UNTERTÜRKHEIM, WÜRTEMBERG, VINICULTOR,
CON SU ESPOSA."
Sin duda se trata de los fundadores de dicha familia en Chile, don Gottlob Friedrich Scheyhing y su esposa Elisabetha Dorothea Kurz.



El velero "ALFRED", al mando del Capitán Bruhms, era suficientemente grande para la cantidad de pasajeros y tripulación que portaba, pero no tanto como para impedir un viaje lleno de estrecheces e incomodidades.
VELERO LLEGANDO A CORRAL

Zarparon el día Martes 26 de Junio de 1852, en pleno verano europeo. En ese momento Gottlob tenía 27 años y 2 meses y Elisabetha 23 años y 4 meses.
Se dice que los viajes no tenían escalas; se trataba de un viaje directo hacia el Cabo de Hornos y desde allí subiendo hasta Corral. Es difícil, en pocas palabras resumir los 100 días exactos que demoró en hacer todo el recorrido hasta el puerto de destino. Frío, calor, lluvia, viento implacable, incomodidades, alegrías y angustias. Días de mar calmo y otros de grandes olas. Noches de miedos y oración fervorosa. Atardeceres maravillosos y días de aburrimiento interminable.

CABO DE HORNOS

 Niños inquietos, tiernos unos o enfermos otros; pasajeros y tripulación de buen o mal humor. Mala comida en general. A este respecto no hay comedores; se sirve la comida y cada cual se acomoda en el suelo, en un rincón, donde se pueda. Camarotes para solteros y para casados. Cuando el tiempo es malo, todos deben refugiarse bajo cubierta. Cuando el tiempo está bueno, los niños salen a jugar a cubierta, pero las madres los mantienen atados con cintas para prevenir caídas sobre la borda. Todos calculan y opinan sobre los días que faltan para llegar a la "tierra prometida". En las veladas se conversa de lo que ha quedado en el pasado y de los proyectos del futuro. No faltará de vez en cuando el alegre compañero que con sus comentarios llenos de humor ayuda a sobrellevar tan tediosos días. También se alzarán de pronto tonadas marineras o del folklore germano, de ingenua alegría la mayoría y de tierna melancolía otras.


¿ QUIÉNES VIAJARON EN EL "ALFRED"?
Antes de continuar este relato, es importante destacar que de la aldea de Untertürkheim no salió solamente para este viaje Gottlob y su esposa. Venían también 2 jóvenes amigos. No se puede descartar que hayan planificado todo en grupo y que hayan enfrentado unidos los esfuerzos para esta aventura. Nos referimos a Johann Christian Huppenbaum y a Johann Carl Fried Schmauck Bubek. Ambos solteros y viñateros como Gottlob.

EMBARCANDOSE EN HAMBURGO 1852

De los 170 pasajeros, al menos 91 eran de distintos pueblos de Würtemberg. (O sea eran Swäbische [suabos] y hablaban su dialecto) Por lo tanto la afinidad entre los pasajeros era apreciable.
Presentamos a continuación una lista de los pasajeros, ordenándolos por oficios:


- Los viñateros como Gottlob eran 8: Berner, Bubeck, Huppenbaum, los
dos hermanos Münzenmeyer, Reinhard, Schmauck y Scheyhing.
Además venían:
. 1 fabricante: Barkhaus
- 10 comerciantes: Von Bargen, Bielemberg, Francke, Gleissner, Hartler, Juliusberg, Moldenhauer, Sigel, Trit y Maler.
- 3 tejedores: Banzhaf y 2 hermanos Epple.
- 2 torneros: Barth, Schaubacher.
- 4 toneleros: Beil, Haussmann, Kaechele, Lutz.
- 8 carpinteros: Bentz, Conrad, Demmerer, Fischer, Meyer, Schmidt, Tielemann y Walburg.
- 21 agricultores: Von Bischofshausen, Brucker, Bueckle, Burschel, Demme, Drewes, Friederich, Grob, Haegermann, Jacobs, Keim, Kirchner, Klotz, Koopmann, Mangold, Martens, Oesterlen, Otto, Schaubacher, Siemsen y Wehrenberg.
- 1 profesor: Burgtorff
- 1 jabonero: Ebensperger
- 6 panaderos: Fassmeyer, Kuemmert, Laissle, Lehmann, Reuss y Truchses.
- 1 arquitecto: Francke
- 1 teólogo: Haltendorff
- 1 herrero: Henning
- 1 ovejero: Huebenthal
- 2 cerveceros: Hutt y Windemuth
- 1 tipógrafo: Huth
- 3 carreteros: Lau, Schultz y Springborn.
- 1 conservero: Mann
- 1 curtidor: Martin
- 1 cantero: Meyer
- 1 marinero: Pauls
- 1 naturalista: Pluesche
- 1 talabartero: Paschen
- 1 agrónomo forestal: Schmidt
- 1 molinero: Stuempfle
- 1 carnicero: Windnagel
Además venían 3 cocineras: Genoveva Klotz, Elise Koch y María Louise Schoenewolf.

ADIOS PARA SIEMPRE A LOS QUE EMIGRAN

Es así como estos, más las mujeres, niños y tripulación sumaban unas 200 almas que anhelaban pronto llegar al puerto de su destino, en las verdes colinas de la Bahía de Corral, de esa lejana América del Sur y aún más lejano Sur de Chile.

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